Una de las enfermedades más habituales en mujeres post-menopáusicas es, sin duda, la osteoporosis. Para definirla sencillamente y sin entrar en tecnicismos, la osteoporosis es la progresiva descalcificación y desmineralización de los huesos afectando hasta a un 30% de mujeres, donde incluso son necesarios tratamientos hormonales, y aproximadamente un 8-10% de hombres.Esta descalcificación nos hará perder buena parte de densidad en los huesos, con las correspondientes patologías en columna e incluso malformaciones al comprimirse las vértebras.
Al respecto se ha hecho mucha publicidad respecto a alimentos enriquecidos o suplementados con calcio y Vitamina D (sobre todo en lácteos) cuando realmente la asimilación de este no está demostrada. Es decir, que si nuestro cuerpo no asimila el calcio que tomamos, no nos sirve para absolutamente nada.Ahora bien, nosotros somos instructores o aficionados a la actividad física... ¿Cómo podemos ayudar? La prescripción adecuada de ejercicio va a ser una de las mejores armas para pacientes con osteoporosis, ya que según qué actividades favorecen la calcificación de los huesos, como:
- Entrenamiento controlado con cargas livianas (ligeras) en sala de fitness.
- Ejercicio cardiovascular con un mínimo de impacto: Caminar o incluso sesiones de aeróbic o step adaptadas a esta población específica.
- Evitar el consumo de alcohol y/o tabaco.
Seguramente a más de uno incluso os habrá sorprendido, pero una actividad física correctamente adaptada y orientada a la mejora de la salud es un arma estupenda.
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