Parece mentira lo fácil que es acostumbrarnos a lo bueno sin ningún esfuerzo... En la tarde de ayer tuvimos problemas con la instalación eléctrica (es lo que tienen los edificios viejunos, quien haya estado por ahí sabrá de qué le hablo) y tuvimos algunos problemas de luz y, sobre todo, con los aires acondicionados de la sala de actividades colectivas.Llegan las 19.15 horas y toca Step con servidor al estilo "haz lo que puedas". En la actualidad tenemos dos maquinitas que sueltan aire fresquete, pero en 49 años de historia del Olimpic, 47 se ha estado sin aire y los últimos 2 con uno de los dos surtidores y encima funcionando bastante mal... y siempre se ha hecho clase en verano.
Sin embargo ayer, y yo el primero, nos moríamos de calor (incluido algún que otro mareo real). Obviamente no llevo 49 años como instructor, pero sí desde el 92 como usuario del gimnasio y desde el 2.002 como monitor, en el que he dado más de 5 años clases sin aire acondicionado (que tampoco es nada bueno) y sobreviví aquel verano del 2.003 en el que los 35-38 grados eran el pan nuestro de cada día. ¿Tan fácil es acostumbrarse a cosas así para pasarlo tan mal al primer día que fallan? Se ve que sí.
Ahí os dejo la reflexión. Mientras, me voy a rezar a ver si esta tarde me encuentro el "cacharrico" arreglado.
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