
Entonces... por qué no mezclar uno y otro??? La idea lanzada (y patentada) ya está en la calle y se trata nada menos que de un sillón de oficina cuyo asiento tiene un mecanismo de muelles que simula la inestabilidad del fitball.
Dicha inestabilidad obliga a una realinación postural del cuerpo y a la activación de transverso, oblicuos y musculatura paravertebral, por lo que estaríamos haciendo una mini-sesión de fitball mientras, por ejemplo, leemos este post.
Tendrá éxito la iniciativa? La idea es magnífica pero da la sensación de estar siempre rizando el rizo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario